viernes, 23 de enero de 2009

Delincuencia en la ciudad

Hoy he ido als encants a ver las cosas que han robado los moros y en una parada de chaquetas había 3 viejos de puro y brandy y uno de ellos le comenta a otro -"Tu lo único que te puedes follar es una tia con polla, un maricón o...o una negra"-. Poesía urbana.

Les voy a descubrir, amigos de Chuck, un nuevo ejercicio de delincuencia. Les voy a hablar de un crimen sucio, sin escrúpulos, terrible y sobre ruedas. Estoy hablando de...los taxistas pirata. Resulta que el otro día subí a un taxi y el tipo estaba hablando con un compañero suyo del gremio por uno de esos walkie talkies chungos que tienen instalados. Estaban hablando sobre los taxistas pirata. Según ellos, eran tipos del este que tuneaban coches para que parecieran taxis, con el taxímetro y todas las movidas. Estos tipos lo que hacen, según lo que esuché de esos taxistas, es buscar "clientes" cerca de estaciones de autobuses o por los aeropuertos. Su modus operandi consiste en escoger una víctima cargada con maletas caras y llevarla a su destino. Hasta aquí todo es normal y no pasa nada, van hablando sobre el tiempo o sobre tetas, la víctima no se percata de nada. Cuando llegan al destino, el "cliente" paga al taxista pirata y al bajar del taxi pirata para coger la maleta que está metida en el maletero (y por la que ha pegado suplemento), el taxista pirata arranca el coche y se pira con el material. A veces solamente consiguen calcetines y condones, otras veces hay más suerte y pillan algún objeto tecnológico de valor, dinero en efectivo o arte europeo. Se ve que son una gran red de estafadores que operan en ciudades capitales. Vayan con cuidado, el crimen se puede esconder en un taxi,...en un taxi pirata.

Hay cosas jodidas pero (según dijo un borrachuzo en un bar del clot), lo único que no tiene solución es la muerte.

Viva la putas y el bimbo con atún.

No hay comentarios: