miércoles, 24 de noviembre de 2010

La escuela de David

Bueno, la mierda esa de las Oreo...vale, hoy he comido chocolate y me he ensuciado igual. Debe ser cosa del chocolate en general. De hecho seguro que hay cientos de alimentos y drogas que te dejan marcas en los dientes. No me había dado cuenta. A mi edad. Nunca se deja de aprender. La vida es una buena escuela. La escuela de la vida. La escuela de David.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Las jodidas Oreo

Nos estoy muy acostumbrado a comer este tipo de galletas. De hecho pocas veces como cosas de este tipo, soy más de lo salado, de la pandilla drakis. El caso es que hoy he mordido una de estas pequeñas hijas del diablo y cuando, al cabo de un rato, he pasado por el lado de un espejo he visto el desastre en mi boca. Tenía los dientes manchados de NEGRO y mis muelas estaban inundadas de material oscuro. Me he lavado la boca pero las muelas seguían sucias. Tenía una cita y no podía salir así a la calle. Una cita importante. Me he cepillado los dientes pero esas mierdas seguían en mis muelas. He repetido la operación varias veces sin éxito. ¿Pero de qué material están hecho las jodidas Oreo? Me he relajado, he pensado un poco y he llegado a la conclusión de que eso no podía ser permanente. Si lo fuera esta compañía de divertidas galletas tendría más de una demanda y habría mucha gente con los dientes jodidos. Y ahora que pienso no conozco a nadie con ese tipo de herida permanente. Eso quiere decir que, de algún modo, esta suciedad desaparece. No sé qué es exactamente pero cuando he vuelto a casa ya no tenía nada negro en la boca. Ese horror había desaparecido. Quizás la cena había ayudado, quizás la saliva. Quién sabe. He sufrido durante un momento pero ahora ya estoy bien. Todo funciona de nuevo. La cita ha sido un fracaso.

viernes, 19 de noviembre de 2010

The Party Donuts

Me encantan The Party Donuts, hacen un rock nuevo. Una mezcla de viejos y nuevos sonidos. Es pura fuerza. Este de la foto es el cantante, en directo patea culos. Es pura dinamita de rock. Menuda fiesta en el Spotify.

Vamos a jugar.

lunes, 15 de noviembre de 2010

La Kurda #2

Una amiga de mi tía está casada con un tipo que tiene un puesto importante en una fábrica de esas en las que, a parte de otras cosas, hacen latas de atún. Pues bien, mi tía me comentó que el hombre una vez dijo que no se nos ocurriera comprar nunca latas de atún, ni grandes ni pequeñas, que todo eso es carne de pescado de mierda triturada tratada con colorantes y otras mierdas. Es el puto surimi del atún: ojos, espinas, mierda y odio. Si queréis comprar algo que realmente sea atún tendréis que apostar por los filetes esos que vienen en tarros de cristal. Más caros, pero de más calidad. Bueno, básicamente no es mierda enlatada.

Menudo susto, ¿no? Todos compráis putas latas de atún de packs de 6 ó 12. "Pero si eso parece atún" estaréis pensando. Pues ese tipo que se casó con mi tía no opina lo mismo. Bueno, es broma. Me he inventado toda esta mierda, podéis estar tranquilos. Simplemente me hacen gracia esas situaciones en las que alguien revela secretos de este tipo recurriendo a una fuente cercana. "Un amigo trabajó en el Pans & Company y el puto huevo es una barra enorme como de plástico, es muy jodido tío". Entonces el interlocutor piensa que ha tenido mucha suerte de haberse topado con esta información, es uno de los elegidos, es uno de los que sabe la verdad. LA VERDAD SOBRE EL ATÚN. "Ei, nadie lo sabe, pero el atún en lata está hecho de restos de pescado". "Shhh, pásalo, pero no demasiado". Menuda mierda. Comed atún en lata, que no pasa nada. Más de una vez me ha salvado el mes. Bueno, lo de los huevos del Pans & Company sí que es verdad. ¿Vale? Me lo contó una amiga.

Bueno, siguiendo con la mierda revisionista os meto aquí lo que apareció en la Kurda #2. Es algo más triste, nuestra etapa Bergman. En fin:Una noche hice el amor con tres chicas durante más de cinco horas. Fue algo muy poco propio de mí, algo inaudito, algo inhumano. Todo el porno del mundo concentrado en cinco horas, todo el sexo del mundo concentrado en mi polla. Y seguí con vida.

Lo que aquí les relataré no tiene nada que ver con esa noche, ni con esas piruetas sexuales ni con ese aguante de león. No les enseñaré mi diario sexual para que puedan excitarse ligeramente en el autobús, para que sus pollas se pongan un poco fuertes durante el viaje hacia su trabajo. ÉSTE NO ES MI OBJETIVO.

Vamos allá.

El despertar fue extraño, me dolía el culo pero estaba seguro de que no me habían metido nada ahí dentro. Quizás era algo relacionado con la próstata y el hecho de haberme corrido como treinta veces. El caso es que me levanté y dejé a esas bellezas tumbadas en la cama, durmiendo plácidamente, exhaustas de sexo y amor. La casa no era la mía. Tampoco era la de ellas. Me puse los calzoncillos y salí de la habitación (normalmente inmediatamente después de hacer el amor siempre me pongo los calzoncillos, por eso mismo me gusta puntualizar en este relato que esa noche en concreto dormí totalmente desnudo. Mi cuerpo rupestre al aire, sin tejido añadido. Utilizo este detalle para denotar que la noche fue como “muy loca”. He escogido la frase “Me puse los calzoncillos y salí de la habitación” [una frase sencilla] porque informa al lector de que antes de que se sucediera la acción no los llevaba puestos. Es una situación reconocible con la que el lector se puede sentir identificado). La casa era realmente grande, no la recordaba de la noche anterior. Empecé a deambular sin rumbo por la casa. Me encantó esa primera ruta por las estancias desconocidas, adaptándome al espacio vacío, a la altura del techo y al tacto de su suelo. Había una gran puerta de cristal al fondo de lo que parecía el comedor. Me acerqué y al otro lado se podía ver una terraza bastante grande con una piscina. Al fondo, un poco más al fondo, había pinos y rocas. Más al fondo había montañas y nubes y aún más lejos estaba el sol, grande, brillante, majestuoso. Me extrañó verlo tan vivo, ya que desde mi casa nunca lo había visto tan poderoso. ¿Dónde se suponía que estaba? La noche anterior estaba en una ciudad, ¿cómo coño había llegado a esta casa de campo o lo que fuera? Bueno, la verdad es que en ese momento no me importó demasiado esta incógnita. Me rasqué las pelotas durante un buen rato y luego seguí con mi inspección del territorio. La casa tenía dos pisos y se podía subir al segundo piso con cualquiera de las dos escaleras que había a cada extremo de la sala. A un lado estaba la puerta de cristal con la terraza y al otro lado, entre las escaleras, había dos habitaciones y un pasillo (en el medio). Las dos habitaciones eran dormitorios. El pasillo del medio llevaba a la puerta principal, un recibidor bastante ancho desde el que se veía (si se miraba hacia arriba, en dirección contraria a la puerta) un pequeño balcón que sobresalía del segundo piso. La casa tenía poca decoración; varias fotos gigantes que parecían sacadas de forma casual, me atrevería a decir que eran fotos de mierda (normales) que al ser ampliadas a tal tamaño parecían artísticas o (al menos) hechas con cierto criterio. El suelo era verde, hecho con baldosas. Estaba caliente, supuse que había algún sistema de calefacción. Un par de esculturas de formas cúbicas de distintos tamaños adornaban la sala principal. No sé si eran esculturas o minerales gigantes. Al subir al piso de arriba vi que todo el segundo piso era como un enorme loft, y en el medio había una cocina americana. Me puse a cocinar un poco de comida; unos huevos fritos con bacon, pan tostado a la sartén, puré de patatas y verduras cocidas. Puse la mesa y serví la comida. Luego fui a despertar a las tres chicas. No recuerdo sus nombres, había una negra y dos rubias. Eran realmente guapas, un buen pedazo de mujeres. Altas, pechos duros, ojos de cristal,…eran como MODELOS. Se pusieron sus bragas y sostenes y me siguieron hasta el piso de arriba. Parecían un poco desconfiadas. Estaban tan perdidas como yo. Cuando vieron los manjares se pusieron bastante contentas, se abalanzaron hacia la mesa y empezaron a comer. Las miré durante un instante, parecían unas criaturas infantiles, inocentes, todo el porno y el sexo jodido de la noche anterior había desparecido, solamente había pureza. Me pareció una buena estampa; tres chicas atacando una mesa llena de comida. En ese momento pensé en que recordaría esa imagen durante toda la vida. No tardé demasiado en unirme al festín. No nos presentamos ni nos dijimos quiénes éramos ni de dónde veníamos, solamente hablábamos sobre la comida y sobre la casa y reíamos y nos lanzábamos la comida. Al terminar lavamos los platos entre los cuatro y fue extrañamente divertido. Era jodido hacer estas cosas entre desconocidos, pero era como muy agradable, era como si no importara nada de lo que hubiéramos hecho antes, fuera de esa casa. Luego bajamos al salón y abrimos la puerta de la terraza, nos bañamos durante toda la tarde, hasta que el sol desapareció. Nos tirábamos a la piscina de distintas formas, saltábamos y nos empujábamos mutuamente. Nos abrazábamos constantemente y nos ahogábamos en el agua, parecía que estábamos contentos de estar juntos, y ni una sola vez, ni siquiera por medio segundo, se me puso la polla dura o tuve pensamientos sexuales.

Más tarde entramos en la casa, empezaba a hacer frío. Encendimos la televisión, nos tumbamos en el sofá y nos tapamos con varios cojines.

Unas horas más tarde, alguien abrió la puerta de la casa. Era un tipo flacucho de piernas gigantes vestido con mallas y una chaqueta de color salmón. El tipo empezó a gritarnos, no paraba de llamarme “tarado” y nos echó de la casa.

A veces me las encuentro, en algún bar, en alguna tienda o simplemente por la calle. No nos decimos nada, apenas nos miramos. Tímidamente me giro para verlas cuando están ya un poco lejos. Cuando un amigo me pregunta por esas “pibas” me limito a decir que “eran unas zorras que me follé una noche”, luego cuento la historia de esa noche en la que me tiré a tres tías buenas durante cinco horas, me explayo con explicaciones muy detalladas e incluso llego a inventarme alguna mierda. No les cuento nada de la mañana siguiente, de ese día perfecto, de esa sensación infantil, de la pureza del momento y de la felicidad absoluta. La verdad es que las añoro bastante. Añoro esa tarde y añoro esa sensación de no ser un tipo adulto, triste y lleno de miedo. Lo añoro con todas mis fuerzas.

=============================================

Vale, éste era el texto. He puesto esas líneas para no joder la lectura, para que supierais dónde estaba el final. Para que no empezarais a leer lo que estais leyendo ahora pensando que era parte de la historia. Nos entendemos.

Pues a parte de este texto puse una bonita lista que pego aquí mismo (me encanta hacer este tipo de listas):

IDEAS PARA FOLLAR MÁS:

-Renacer en forma de ave Fénix.
-Limpiarme las pelotas varias veces al mes.
-Estudiar una carrera o al menos terminar de una maldita vez la ESO.
-Aprender a hacer reducciones de vinagre de Módena.
-Tener un amigo como Casper, o Pluto o el monstruo de la Bella y la bestia. No recuerdo su nombre.
-Vivir en un mundo irreal en el que solamente existen dos colores, y uno es NUEVO.
-Abandonar a la esposa y a los críos e ir a vivir en un piso de estudiantes en el Born.
-Pedir la nacionalidad española.
-Dejar de comprar esas bolsas baratas de patatas Matutano, las pequeñas (las de 30 céntimos). Estéticamente no te queda bien y te hace parecer un niño.
-Olvidarte, al menos durante unos segundos, de querer follar más.

=============================================

Ya os habéis acostumbrado a estas líneas de separación. ¿No? Bien. Creo que una parte de esta lista ya la puse en este blog mientras escribía mierda para La Kurda #2 a modo de actualizaciones a tiempo real. Bien. Mi colaboración terminaba con una tira cómica, de humor. Está un poco mal organizada, pero es que ... mmm ... lo dibujé DROGADO ("clic" para verla mejor):

Y bueno, esto es todo. Hoy no os quejaréis, os he puesto bastante material para pasarlo en grande un triste lunes. Nos vemos amigos.

martes, 9 de noviembre de 2010

BICHOS, MONSTRVOS Y MASCOTAS

El caso es que he colaborado con un dibujo en una movida de los chicos de La Cruda. No es el dibujo de perro triste que tienen arriba, es distinto. Teníamos que dibujar un monstruo, una criatura terrible y desagradable, todo en dibujo de línea. Fino. A ver si sabéis cual es mi maldito monstruo. Os dejo el enlace aquí:

http://www.gramenet.cat/principal/lajuntament/serveis/cultura/arts-visuals/can-sistere/programacio-2010/cataleg-de-lexposicio-de-la-cruda.html

miércoles, 3 de noviembre de 2010

"Un mundo extraño"

Pedro: El otro día me fumé un porro.
Marcos: Menudo loco.
Pedro: Primero nada y luego, joder, luego te juro que las cosas se jodieron un poco.
Marcos: ¿Qué pasó?
Pedro: No era mi primera vez, pero nunca había fumado acompañado de una prostituta.
Marcos: Vaya...
Pedro: La tía fumaba como una loca, como si le fuese la vida. Mis hijos fliparon.
Marcos: ¿Estabas con Quim y Carles?
Pedro: Si bueno, no tienen ni 10 años, no creo que recuerden nada cuando les crezca vello en las pelotas.
Marcos: ¿Y qué paso?
Pedro: Como te he dicho las cosas se jodieron un poco. Los chicos me ayudaron a enterrarla en la carretera.
Marcos: ¿A la puta?
Pedro: A la puta.
Marcos: ¿Qué pasó?
Pedro: Las cosas se jodieron un poco.
Marcos: ¿Y los niños te ayudaron?
Pedro: No creo que recuerden esto cuando...
Marcos: ...¿Cuando tengan vello en las pelotas?
Pedro: Exacto.
Marcos: ¿Sabes?
Pedro: ¿Qué?
Marcos: Vivimos en un mundo extraño.
Pedro: Tienes toda la maldita razón.

El público entiende que con esta frase la obra ha terminado. Los aplausos no tardan en aparecer, la gente se levanta. "Ambos han estado magníficos" señala una mujer de edad media. Al poco rato salen los actores a saludar. Lo hacen varias veces, todas ellas recompensadas con un leve aumento de aplausos. Entre bastidores todos los actores y el equipo técnico se abrazan y se dan besos de alegría. Parece que "Un mundo extraño" ha sido un éxito. El director y actor principal ofrece unas tiernas palabras al equipo, la gente llora, es el gran momento de sus vidas.

Fuera, en las butacas, los hijos del director acaban de tener un flash terrible. La puta, las palas, el olor a marihuana, la carretera. Creen recordarlo todo perfectamente. De repente notan de nuevo la arena fría de la carretera en sus manos. No entienden nada, realidad y ficción se entremezclan. "Es imposible" -piensan- "que nuestro padre sea tan hijo de puta".

En el vestuario se ha abierto la primera de varias botellas de champán.