miércoles, 22 de octubre de 2008

El hombre cuando mea

En el día de hoy, jueves 23 de Octubre de 2008 -no lo pueden verificar en la fecha de esta entrada porque lo he empezado a escribir cuando aún era miércoles-, voy a explicar a las mujeres la forma en que TODOS los hombres mean. Estoy totalmente convencido, muchas chicas a las que me he follado y me han visto mear a través de una traviesa puerta abierta, de que las mujeres sienten una gran curiosidad por saber cómo meamos los hombres. Siempre es buen saber conocer todos los pequeños detalles cotidianos que regentan el día a día del sexo opuesto. Yo, sin duda alguna, siento una gran curiosidad por las técnicas y métodos mixitivos de las chicas a las que amo o que, simplemente, conviven conmigo. No es que me guste el orín per sé, pero si que me gusta escarbar en la intimidad del sexo débil. Aviso que este post tiene una extensión importante. Como no actualizaremos en unos días (nos vamos a Huesca a beber vino y a vender speed), es recomendable distribuirse la lectura en varios días, cual dominical a lo largo de la semana. Bien, empecemos pues:

Un hombre entra andando de forma tranquila al baño. Ha abierto la puerta con la mano que define si es diestro o zurdo.

Al entrar en los aseos, un hombre tiene que decidir (cosa que le distingue de las mujeres) dónde evacuar los líquidos que su cuerpo rechaza. Tenemos el baño común, donde se caga y se folla o esos meaderos pegados a la pared con forma de cabeza de caballo. La decisión no es sencilla, pues si quieres mear y vas al baño común, lo otros usuarios de los servicios pueden pensar que vas a cagar, cosa que NUNCA beneficia a un hombre. Aún así, los baños denominados en este mismo pequeño artículo como "comunes" ofrecen una intimidad sin igual, ya que las cabezas de caballo dan rienda suelta a los buceadores vouyers del water closet. La decisión tiene que ser firme, pues la duda puede hacer que un hombre haga movimientos estúpidos e intranquilos. Un hombre con ganas de mear sabe dónde quiere hacerlo y nunca titubea. En estos casos de duda, que ya son patéticos de por sí, hacen que tus nuevos compañeros piensen que eres un mierda o un marica que se ha puesto nervioso con tanta polla suelta.

Si al entrar ves a un viejo de pie, en frente del meadero de la pared, que no mea y está como parado y no hace nada en 2 o 3 minutos, HUYE. Esto significa que es gay y que éste es un lugar de cruising. Fíjate bien porque posiblemente se vaya haciendo pequeñas pajas en intervalos de 15/20 segundos.

Volvamos a los tipos de aseos; el cerrado o común y el cabeza de caballo en la pared.

Un hombre que usa el baño común es un hombre introvertido. Es en estos lares dónde un hombre puede explayarse en su intimidad. La mayoría nos bajamos los pantalones hasta los tobillos, dejando que el cinturón haga un pequeño golpecito contra las baldosas blancas del suelo -*clinc*-. Los calzoncillos también, hasta los tobillos. Los que no se bajan los pantalones tienen que urdir tácticas y decidir métodos para sacarse el rabo, estas técnicas y métodos los veremos en el apartado del váter-cabeza de caballo en la pared. Algunos hombre poco hombres deciden SENTARSE (joder) y escuchar como su miembro dispara contra la parte delantera-interior del váter. Es una bonita sintonía, sin duda. Esto no es muy recomendable hacerlo con la polla bien dura (estado muy habitual en los hombres), pues entonces tenemos que aplicar cierta presión en el cuerpo superior del pene para que éste descienda y apunte a un lugar que no sea la puerta o nuestra cara. Al hacer esto hay que vigilar, ya que muchas veces nuestros enormes penes pueden hacer que nuestro glande toque las paredes interiores del váter y esto no es nada agradable, más que nada porque por ahí ha pasado pis de muchos degenerados que mean después de hacerse pajas en ese mismo váter y su pis está aliñado con esperma denso y goteante cual nariz acatarrada.

Los hombres que no se sientan se quedan de pie. Con el miembro ya preparado, solamente hace falta apuntar y disparar. Los hombres que no disponen de prepucio ya saben el ángulo que su pene debe adoptar para que la fina línea de pis cortante alcance su objetivo. Algunos lo enfocan hacia abajo, otros más arriba, depende de la naturaleza del orificio de la uretra. Esto lleva cierto tiempo de práctica, pero a los 35 años ya se conoce tal dirección a la perfección. Los hombres que tengan prepucio tienen tres opciones; subirse la piel para emular a los sin-prepucio; bien sujetar el final del prepucio y presionar con el fin de cerrar la salida del pis y crear una pequeña bota de vino que, cuando ya esté bastante llena (puedes notar que el farçallet está a punto de estallar) el usuario abrirá una poca para que el pis salga en la dirección que se desee. El control es ABSOLUTO y se puede controlar el caudal de orín, por lo tanto, también el ruido que produce el choque con el mármol o el agua. La técnica puede parecer poco higiénica, pero cuando hablamos de pollas, coños y culos el horno no está para bollos. Quiero decir, de tal palo tal astilla. Finalmente tenemos la opción en las manos de Dios. Esto no quiere decir que Dios entrará en el baño y nos tocará un poco el rabo o que dejaremos el miembro a su aire y esperaremos que una mano invisible, como la de la economía, guíe nuestra polla en el arte del meandro. Esto supondría en más de una ocasión que nuestras ropas quedarían teñidas por el líquido contra picaduras de medusas. Con un poco de suerte solamente ensuciaríamos nuestro entorno o a nosotros mismos. En las manos de Dios el hombre sujetará su polla y meará tan contento y campante, sin aplicar ninguna técnica a su pene y/o prepucio. Mear tal cual. Esta técnica es la más artística ya que dejamos al azar la forma y dirección en que nuestro pis se desarrollará, solamente tendremos en nuestras manos el control sobre la intensidad. Entonces podremos decir que estamos en las manos de Dios. TODO depende de la forma que tenga EN ESTE MOMENTO el prepucio. Puede ser cojonudo o puede ser un infierno. Podemos dar diana o mearnos las manos. En cualquier caso, siempre es bonito dejar decidir al azar y tirar los dados contra la pared. En los momentos de miembro encrespado, solamente sirve una técnica; la de la vieja sentándose. Esto es ponerse como una vieja que se va a sentar (para visualizar bien esto puedes imaginarte que tu polla es una flecha y tú eres el arco, la cuerda que tensa va de tu frente a tus pies, apunta el extremo no puntiaguda de la flecha hacia el agua) para poder enfocar nuestro cipote poco manejable hacia el centro del váter. Es difícil y no siempre se acierta. No es cómodo. Puede doler o crearnos sensaciones extrañas en el pene. Mear con el rabo duro siempre creará sensaciones curiosas.

En el váter común o cerrado, el hombre de pie puede decidir con más facilidad dónde mear dentro del recinto del propio váter. Tiene las distintas paredes del váter (cada una con sus propias características que ahora explicaremos) y el centro del manantial, que es donde está el agua. El hombre sentado únicamente puede enfocar hacia una cara del interior del asiento. Dirigir el rayo hacia otras latitudes supondría doblar el pene de forma dolorosa. Para los principiantes que quieran aventurarse a mover el rabo sentado, lo más recomendable es intentar dirigir la sangría amarilla hacia el centro, con el glande mirando hacia abajo, hacia el manantial. Eso en estado rabo duro es imposible y hay que limitarse a apuntar hacia la pared frontal, con el riesgo de rozar la pared interior meada.
Depende de lo que busquemos enfocaremos hacia un sitio u otro. Si queremos demostrar a los de afuera que tenemos un buen cipote, le meteremos caña directa al agua, que caiga todo ahí, con peso. El ruido es brutal y parece que tengas una polla gigante (¿?). Si quieres pasar desapercibido dale a la pared más cercana a tí, a la que enfocas cuando meas sentado. Es un puto silenciador del FBI. Las paredes laterales y trasera son el intermedio entre el estruendo y el silencio, juega con ello. Siempre es divertido hacer mover el chorro alrededor del manantial y ver los distintos tonos, timbres y volúmenes que nos ofrece el closet. Hay que vigilar con la presión, pues demasiada potencia puede devolvernos pis a nuestras camisas del Pull and Bear de mierda.

Entretenimiento: Al irrigar podemos jugar a destrozar papel de váter, probar distintos tonos y volúmenes (como hemos dicho en el punto anterior) o jugártela paseándote cerca de los bordes, donde el precio de perder está en salir estampado con gotitas. Hay gente que se lo pasa bien meando directamente fuera o encima del papel higiénico para joder a los primos que cagan de noche en los bares/discotecas (que ya les vale), eso se hace bastante a menudo cuando uno va con unas copichuelas de más.

Precauciones: Como no es tu váter da igual si meas fuera.

Los hombres extrovertidos y habladores usan el váter-cabeza de caballo en la pared. Como en el caso anterior hay algunos que deciden bajarse los pantalones y calzoncillos hasta los tobillos. Es una iniciativa arriesgada pero muy respetada. Algunos lo hacen para llamar la atención, otros lo utilizan como sutil señal para los servicios donde se hace cruising y otros lo ven como una forma de aventura: si están solos se bajan los pantalones, si llega alguien después de ellos es como si les tocara la bala en la ruleta rusa. Salir airoso de este juego de azar es muy reconfortante y sales a la calle pensando que todo el mundo es una mierda y que tu entiendes cómo funciona este mundo y ellos NO. Algunos hombres simplemente se bajan los pantalones porque lo ven de lo más normal.

Si no eres de estos, entonces simplemente te desabrocharás la bragueta y dejarás un pequeño agujero por el que tiene que salir tu rabo. ¿Correcto? Pues no. No solamente tiene que salir tu rabo, tienen que salir tu rabo y tu escroto, tus huevos. No eres HOMBRE si al mear no te sacas la polla y los testículos. Hombre.....¡hay que darlo todo joder! Esto parece sencillo pero no lo es. Hay peligros. Puedes rajarte con los dientes de la bragueta, puede que el pantalón ofrezca un agujero demasiado pequeño o puede que tengas visores a tus lados. Hay que vigilar siempre que no haya putos viejos mirándote el rabo y los huevos. Por eso tienes que saber perfectamente si el sitio donde estás meando es un paradero de cruising. Normalmente intentaremos mear en sitios NORMALES y evitaremos: Baños de estaciones de RENFE, baños de El Corte Inglés, FNAC o galerías de estas de mierda, baños de estaciones de Metro grandes y céntricas, baños de gimnasios chungos (DIR) o piscinas municipales. Hay más y tendrás que investigar.

Una vez tengamos el rabo fuera, libre de peligro, aplicaremos las mismas técnicas de chorro. Normalmente se escogen las técnicas que hacen más ruido y que denotan un rabo más gigante, ya que estamos a la vista de todos y queremos que sepan o crean que tenemos un buen aparato follador. A diferencia de los baños cerrados, la cabeza de caballo no ofrece mucho juego armónico, eso sí, tiene una buena resonancia debido a su forma, cosa que aprovecharemos para meterle más traca a la potencia y aumentar el tamaño de nuestras pollas en las cabezas de los demás.

Entretenimiento: Todos hemos jugado con las bolitas de olor, ¿verdad?

Precauciones: Los eternos pelitos de polla de otras personas que se posan en estos meaderos dan un asco infinito. Pese a que lo parezca, no transmiten cáncer de sida. Piensa que incluso tu, sin querer, dejas esas cosas por ahí.

Coando el hombre termina de mear, agita el rabo varias veces y se mancha la camiseta o el jersey. Si hace poco que se ha corrido (porque se ha masturbado o ha follado) o está cachondo y con el rabo mode mazorca on, puede que una mezcla de pis y líquido pre o post seminal aparezca coronando el orín. Es bonito de ver.

Finalmente el hombre se guarda el cipote y los huevos y se ata la bragueta, se anilla el cinturón y anda tranquilo hacia la pica, donde se lava las manos (nosotros lo hacemos, sabemos que vosotras no porque creéis que no os tocáis el coño y que no pasa nada) y sale del recinto. Luego le dice a su amigo o pareja que ya está y que se pueden ir de allí.

Espero que este paseo por los secretos del pene y el hombre les haya servido de ayuda, al menos que haya saciado un poco vuestras curiosas mentes femeninas y que haya aumentado vuestro amor por los redactores de Chuck. Sin más dilación nos despedimos, no sin antes abrir la puerta a nuestras dudas sobre la meación femenina. Hemos escuchado que la idea de aspersores tiene algo que ver con lo que hacéis vosotras. En fin.

5 comentarios:

femullet dijo...

sin dosificar, lo he leido del tirón.
soy fan extrema.

Anónimo dijo...

Hoy salias en el ADN (diria que era el ADN) o el Metro

Anónimo dijo...

pedazo de fachas.. lástima de tiempos que os han tocado vivir!

Anónimo dijo...

vamos a ver ,observo que a lo largo de tu insipida vida nunca has pisado un hospital verdad?, al menos quiero creerlo asi,tambien quisiera creer que tus neuronas tienen un alcanze adecuado como para comprender que existen enfermedades que obligan a una persona a utilizar el baño cerrado,si te informas veras que en patologias como la colitis ulcerosa o las ileostomias o las colostomias se hace necesario e imprescindible el uso de esos baños...no creo que sea agradable para ti estar meando en un urinario de machos como tu le llamas y ver al lado a alguien que te echa la mierda con por una bolsa que le sale de la barriga.En cuanto si tus amigos piensan que si entras en el cerrado eres maricon preguntate a ti mismo si orinas de en el de la pared para que no se den cuenta de que tu interior se desvia,espero que no.asi que para despedirme como nO TIENES NI UN MINIMO DE RESPETO ni por supuesto lo mereces te dire que gracias a maricones como tu la especie humana a veces es una verguenza...aunque tu no sabes que esa palabra existe verdad machote.

Larsvondick dijo...

Esos dos son los más retarders de su pueblo, no?