domingo, 1 de junio de 2008
Hamburguesas
Esto son cinco tipos en un pequeño bar. Tienen prisa, pero uno de ellos tenía hambre y han parado para que coma algo. Está anocheciendo. Es verano.
A: Cristo, no sé si podré aguantar este calor.
B: Si quieres te cambio el sitio, justo arriba tengo el ventilador y me está tocando los cojones.
A: Da igual, pero no nos estemos demasiado tiempo aquí.
C: Estaremos el tiempo que haga falta. Quiero una hamburguesa. Desde que me he levantado que no he comido nada. Además, llevo toda la semana pensando en comer una hamburguesa. No importa lo que tarde esa señorita en traer la hamburguesa ni lo que tarde yo en comérmela. Esperaremos, ahora el tiempo no importa.
E: ¿No piensas comértela en el coche? ¿Te la vas a comer aquí?
C: Me la comeré tranquilamente en este bar. ¿No te parece un sitio tranquilo?
A: Cristo, hace mucho calor.
B: Ponte aquí joder, ya te lo he dicho.
E: Me parece más tranquilo que follarse a una muerta, pero no podemos permitirnos perder el tiempo en...en tonterías.
A: Da igual tío, no me ralles. Puedo aguantar el calor, no estaremos mucho rato tampoco.
C: Pues yo creo que comer no es una tontería. Si quieres no pido la hamburguesa, si quieres ni siquiera paramos en este bar. Entonces, llegada la hora, estaré muriéndome de hambre y no podré concentrarme en lo que me tenga que concentrar. ¿Crees que esto es una tontería? ¿Has intentado nunca follarte a una puta con el estómago vacío? Joder, que no es importante dice. ¿Tu crees?
D: Hay que comer.
E: Joder. Joder. Joder. Esto es increíble.
D: Cálmate, solo es una hamburguesa. No puede tardar más de diez minutos.
A: Diez minutos me van a matar. Estoy sudando como un cerdo. ¿Tengo manchas en los sobacos? Cristo, creo que estoy chorreando. Tu, ¿tengo manchas en los sobacos? Cristo, tengo los testículos deshechos.
B: No, no tienes nada. Bueno, un poco, no mucho.
A: ¿Tengo o no joder?
B: No sé...
C: Este tío es la polla.
A: ¿Cómo que no sabes?
E: Sí que tienes tío, parece que tengas coños calientes en los sobacos.
D: Deja de quejarte. Relájate y dejarás de sudar. Esto es que estás nervioso.
E: Si, y deja de moverte tanto y de jugar con el puto azúcar.
C: Ve al baño, mójate la cara. Caga un poco. No estaremos mucho tiempo. Ve y relájate. Que luego tienes que conducir.
A: Vale, pero esa tía del culo gordo ya puede darse prisa con la hamburguesa, porque no aguanto mucho más rato aquí dentro.
D: Ve al baño y no hagas ninguna tontería. Te esperamos. Cuando regreses la hamburguesa ya estará en la mesa. Nuestro amigo comerá y podremos seguir nuestro camino.
A: Eso espero. Joder.
El tipo se levanta. Tiene la espalda sudada. Se levanta y va hacia el baño, no está muy lejos, pero tarda su tiempo. Se mueve como si tuviera seis tiros en el estómago. Esto es solamente una metáfora.
B: ¿De dónde ha salido este tío?
C: Es amigo nuestro.
D: Sí, conocido de un amigo nuestro.
E: Me pone nervioso, no me gusta la gente que se queja todo el rato.
D: Pues tendrás que aguantarte.
E: No, si ya veo que tengo que aguantar muchas cosas. La hamburguesa, ese tío que suda, el culo gordo de la mujer que te ha tomado nota,...
C: Eh tío, lo mejor del mundo son los culos gordos y las tetas gordas.
B: Sin duda.
E: Yo soy de tetas de silicona, de estrellas del porno y todo esto. Las gordas no me molan, lo he intentado, pero no puedo.
D: A mi me gustan las girls next door. Las chicas de verdad; tetas pequeñas, sin maquillar, sin tacones y con calcetines.
E: Para eso están las esposas. Tetas de silicona, ahí está el placer.
C: No sabes lo que dices. Es como toda esta mierda de la hamburguesa. No puedes entender que la gente encuentre...grandes placeres en cosas que a tí te importan una mierda. Crees que ahora estamos perdiendo el tiempo, lo sé, pero a ver, realmente no tenemos prisa y yo tengo hambre.
E: Hombre, prisa sí que tenemos. Pero a mi me la suda, yo sólo acompaño, no es cosa mía. Yo vengo, hacemos lo que tengamos que hacer, cobro y me voy a casa con mis tetas de silicona.
C: Pues ya está.
B: ¿Pero a dónde vamos?
D: Si no hablamos de ello en el coche, ¿qué te hace pensar que lo haremos en un maldito bar de carretera repleto de camioneros y fulanas?
B: Perdón, yo sólo...
C: No pasa nada, tranquilo. Es sólo que no queremos cagarla... ya sabes. Tu tranquilo amigo.
E: Esto me parece increïble.
D: Te pagamos y te callas. Y si sigues quejándote e insultando a esa pobre señorita, me pediré seis bistecs y estaremos aquí hasta la madrugada.
E: Yo me callo. Ya está.
C: Mira, ves, no hace falta quejarse tanto...
B: Parece que la hamburguesa ya está aquí.
C: Por fin. Me encanta este olor.
La mujer del culo gordo se acerca con una bandeja. Ahí está la hamburguesa, que viene acompañada de un montón de patatas fritas. La mujer sonríe al servir. No tarda en marcharse y dejar a los hombres hablar de sus cosas.
D: Ves, ese culo tampoco está tan mal.
E: Pffff....
D: No tienes ni idea de nada.
B: Yo no me pasaría la noche intentando follármela, pero tampoco le haría un feo si quisiera probar mi polla.
C: Bien dicho, yo creo que todos nos la follaríamos. Quizás ahora no, en la situación en la que estamos, pero en algún otro momento...todos lo haríamos.
E: Ni muerto, ese tipo de tías...
C: Imagínate que un hijo de puta te apuñala en la cara. A partir de esto tu amigos te ponen un mote gracioso y ni las putas quieren follarte. Al día siguiente otro hijo de puta te saca toda la pasta por internet y tu banco pasa de ti. Imagínate que el hijo de puta de tu jefe te deja sin trabajo y tienes que vivir en la calle. Joder, en ese momento darías lo que fuera para poder meter tu polla en el culo gordo de esa tía.
E: Quizás sí, pero dudo que tenga tanta mala suerte...
C: Nunca se sabe.
El tipo sudoroso vuelve del baño. Tiene el pelo mojado y la camisa empapada.
D: ¿Ha sentado bien la ducha?
A: Cristo, esto es la gloria. ¿Ya ha comido éste?
B: Justo acaban de traerle la hamburguesa.
A: Mierda...te doy cinco minutos.
C: Calma tío.
E: Déjale, yo paso de decirle nada.
C: Dios, me encantan las hamburguesas.
B: Cómetela ya o me la como yo.
C: No vayas de chulo que no te pega.
B: Perdón.
C. Es broma tío. Este tío es la ostia. Me encanta.
D: Venga, cometela ya.
C: Ya va, jodeeeeeeer.
Silencio. Todos miran la hamburguesa.
C: Son mucho mejores que un maldito coñito.
B: Y vienen con patatas. Muchas.
A: Y enormes.
D: Las pibas sólo vienen con problemas.
E: Y enormes.
El tipo empieza a comer la hamburguesa, poco a poco. Todos le miran. Él manda, él decide. Si quiere puede estar toda la noche comiendo hamburguesas, pero no lo hará. Esta noche no. Esta noche estos hombres tienen trabajo. Él lo sabe. Es sólo cuestión de tiempo. Ahora están sentados alrededor de una mesa, hablando de coños, tetas, culos y de cómo vivir y qué opinar. Parecen tranquilos pero no lo están, ni siquiera él. Ahora están en un bar, dentro de poco se levantarán, esperarán a que él pague a la mujer del culo gordo. Luego se subirán al coche. El tipo que sudaba conducirá, como lo había hecho antes de detener el coche. Justo después de que él le dijera que quería parar en ese bar porque tenía ganas de comer una hamburguesa. Conducirán por la carretera, quizás durante un par de horas o más. Luego, él mirará al tipo que sudaba en el bar, con disimulo. Éste parará el coche en la cuneta. Todos bajarán y cuando el tipo que estaba debajo del ventilador, en el bar, pregunte por qué han parado, el tipo que le gustan las tetas de silicona se sacará un cuchillo y se lo clavará en la parte trasera del cuello. El tipo de debajo el ventilador no notará nada. El de las tetas de silicona, dentro de unas semanas, recibirá un ingreso en su cuenta por haber hecho esto. El muerto seguirá estando muerto. El muerto, cuando aún no lo estaba, y hablo de hace justo una semana, conoció a una chica por la calle. Hablaron y se cayeron bien. Esa misma noche salieron a beber y bailaron, incluso se besaron. Dicen que le metió los dedos. Creyó que había tenido suerte, pero había conocido a la mujer equivocada. Era la mujer de él, el de la hamburguesa, quien por cierto escupirá encima del cadáver. Las pibas traen problemas, todo el mundo lo sabe. Lo enterrarán allí mismo. Muy hondo. Cuando vuelvan a subir al coche se estará haciendo de día. Entonces volverán al bar, no se fijarán en el culo gordo de la mujer y esta vez estarán callados. Habrá una silla vacía. Pedirán varios cafés y ninguno, ni siquiera él, pedirá una hamburguesa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario